Las seis de la mañana (o'clock). Juta nos despierta con el doble CD de los cantos gregorianos de los monjes del monasterio de Silos. Una manera original de despertar al personal.
Hoy nos dirigiremos a Azofra y haremos una etapa corta de 18 km. Aunque si las mediciones de la guía Eroski son iguales que las de ayer, lo tenemos claro. Ayer, donde decía cuatro km entre Navarrete y Ventosa, debería decir ocho.
Salimos más temprano que de costumbre. El día es claro y la temperatura es más bien fresquita. Nuestra primera parada el bar de Aitor para desayunar. Lo clásico.
Bajar un poquito para iniciar el camino y encontrarse con una postal como esta, no tiene precio. A estas horas el brillo de los pámpanos reflejando los primeros rayos de sol es espectacular. Las alineaciones de cepas son constantes. Hasta el cielo refleja las largas lineas que forman las parras.
En todo el trayecto inicial, caminamos entre viñedos y algo de trigo.
Pronto, del plano pasamos a una cuesta arriba de piso de canto rodado que discurre por un bosque de carrascas. Aqui la tierra es roja.
El bosque acaba pronto. En lo sucesivo hay viñedos y viñedos y viñedos.
Observo que bastantes cepas, aunque una minoría, tienen uno de los sarmientos clavafo en la tierra. Más tarde, Juan el dueño del restaurante "El descanso del peregrimo", me ha explicado que se trata de conseguir una nueva cepa a partir de una ya adulta. Se le llama "echar una bara para cubrir faltas".
Al fondo, a la izquierda, una masa montañosa elevada, con uno de los picos nevados. Se trata del Pico San Lorenzo. El.pivo más alto de La Rioja, y forma parte del Sistema Ibérico.
Entre los campos que atravesamos se ven bases de homigón con una antena cada una y que se encuentran diseminadas. Creo que es un sistema de control por satélite de la microclimatología de cada una de las viñas. La humedad de la tierra, temperturas, pluviosidad...
En toda la zona se observa riego por goteo, que debe estar coordinado con las estaciones de control. Sobre un montículo más elevado se puede ver una torre de comunicaciones. Sospecho que es el centro de control del sistema que hemos visto.
A diferencia de lo que habíamos venido viendo, aquí los núcleos urbanos son más numerosos y más próximos entre si.
Nájera nos recibe con un arroyuelo cantor que cruzamos por un pequeño puente de madera.
Ya dentro del casco urbano cruzamos el rio Najerilla, que mi compadre venía mentándome desde hace rato.
En Nájera he tenido la sensación que nos hacen dar unas vueltas innecesarias por toda la ciudad. Desde aquí salimos hacia un bosque de pino que aparece verde, de un verde oscuro intenso, pero limpio. Aqui no hay procesionaria.
A lo largo del camino, se van viendo, de tanto en tanto, viaductos aéreos de agua, a un par de metros del suelo, como forma de distribución para el riego. La entrada de Azofra está flanqueada, a su izquierda, por uno de ellos.
Llegamos al albergue sobre las once y la hora de apertura es a las doce. Por una ventana asoma Ángel, el hospitalero, y nos pide que esperemos para darnos acogida aunque podemos entrar y dejar las mochilas. Están acabando de hacer la limpieza del albergue.
Ángel es una persona sencilla todo corazón. Además de cuidarse del albergue es alguacil de Azofra. Nos habla de cuando conoció a Jaume, aquel chico que conocimos en Castellolí y que se ha convertido en nuestro "asedor en cuestiones del Camino". Angel guarda un grato recuerdo de él. Me enseña un buen número de fotos de la acción que llevaron a cabo en apoyo a Pallapupas.
También nos cuenta su filosofía del Camino y del albergue. De él me queda una frase grabada "no hay que dar gracias. Las mejores gracias es que lo mismo que a ti se te da, tu des a otros y así se extiende la red" Gente como esta te ayuda a comprender mejor el sentido del Camino.
Durante la tarde, en el patio amplio del albergue, hemos estado hablando de Filosofía con Yannik, el chico francés que conocí en Viana. La verdad es que l@s frances@s son los más asequibles para entablar conversaciones, aunque mi limitación con el idioma restringe algo. Pero.. ahí estamos.
Después mi compadre y yo hemos ido a dar una vuelta por el pueblo, que es más bien pequeño (200 habitantes) y hemos aprovechado para comprar fruta y tomarnos una cerveza en el bar de Juan, donde se escucha una música ambiental deliciosa. Andrea Bocceli. Allí hemos conocido a José Luis, un agricultor mayor que había sido albañil. Me ha explicado toda la problemática de la zona en cuanto a la producción vitivinícola. Tanto Juan como José Luis comentan que hoy Azofra subsiste gracias, en gran medida, a l@s peregrin@s. Aquí la agricultura es lo que da trabajo pero la mayoría de establecimientos están enfocados al Camino de Santiago. Desde ese punto de vista, ambis coinciden que haber dedicado recursos municipales a la construcción de este albergue tan acogedor fue un acierto.
RECORRIDO: recorrido muy fácil y amemo. Sólo al inicio quedaban restos de barro. Algún tramo corto con cuesta.
CLIMATOLOGÍA: a pesar que ha sido un día claro y soleado, la temperatura ha sido tirando a fría.
ALBERGUE: Excelente. Treinta habitaciones con dos camas bajeras en cada una. Cocina cpmpleta, cuartos de baño y duchas. Salon amplisimo con varias mesas. Patio jardin muy grande con mesas y sillas de jardin. Lo mejor los albergueros.
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