domingo, 15 de mayo de 2016

Artieda a Undués de Lerda 16-5-2016


Dejamos Artieda, un pueblo precioso de Zaragoza, para tratar de llegar a Undués. Son sólo 21 kilómetros, pero sobre el mapa... menudos 21 km. Hay un subidón de campeonato. No nos asusta, jejeje... Somos inasequibles al desaliento.

Salir del albergue de buena mañana, con los primeros rayos de sol, con las calles empedradas sobre las que se reflejan los ténues escarceos luminosos... y escuchar las golondrinas piando...esto no se paga con nada.

Hoy el desayuno lo tomaremos en el bar que hay bajo el albergue. Habrá que comer cuanto sea necesario porque no llevamos ni fruta para almorzar después. Así que el desayuno ha de durar hasta medio día que lleguemos a Undués y allí podamos comer.
En la pared del bar del albergue una bandera horizontal con las cuatro barras y una estrella central. Se trata de una bandera del movimiento independentista de Aragón.

Café, leche, zumo de naranja, bizcocho casero, tostadas, cabello de angel casero, tomare con aceite, mermelada, mantequilla.. Ufff así hago yo mil caminos. Pero lo mejor es que compartes von más gente esa misma experiencia. En la misna mesa hemos coincidido desayunando dos alemanes, dis francesas y dos españoles. Amandine, marsellesa y Julie de cerca de Estrasburgo que, en su forma de expresarse y en sus gestos me ha recordado mucho a mi Lidia. Y dos banareses teutones que rondan los 80 y que con toda la moral del mundo están haciendo el camino en bici. Son Hummil y Taubmann, dos grandes personas estoy seguro.
Seguro que volveremos a vernos, que los corazones grandes hacen al mundo ay! tan pequeño..

Al salir de Artieda por el lado contrario al que entramos, el paisaje se completa. Desde arriba, el embalse de Yesa, con una acumulación importante de agua impacta la vista. En Artieda, cadi cada ventana soporta un cartel de ¡YESA NO! A veces, lo que lis que disfrutamos eel paisaje y del paisanaje por un dia lo vemos como maravilloso, quienes lo han de vivir dia a día no lo ven de manera tan bucólica. 


El dia es brillante. Ni una nube. Veo los gorriones como juegan a perseguirse, posándose en las matas de guisantes. Canturreándose para ellos mismos. Quizas no sean todos gorriones y haya algunas gorrionas... Y de ahí los canturreos y las persecuciones.
El aire mas bien fresquito, pero agradable.

Siguiendo hacia Ruesta, vamos acercándonos, cada vez más, al embalse. El paisaje te envuelve por completo. El sonido de la natutaleza es liberador.
Vamos por la carretera antigua hasta llegar al embalse en el que, acumulados a un lado, se observan apilamientos de troncos cortados.
Sobre el agua, material de arbolado arrastrado por las últimas lluvias.


Llama la atención las formas contorneadas y caprichosas que el viento y el agua han ido esculpiendo en la roca pizarrosa que da esre color grisáceo tan especial a esta tierra.


Algo más adelante, se toma un sendero estrecho de dos palmos de ancho que se eleva durante unos cien metros a una llanura inmensa sembrada de trigo. Espectacular. El vamino se ensancha ahora y se trasforma en camino rural. Los robles nos acompañan a lo largo de este trecho.

Entramos en un bosque de robles y alguna encina que otra. Totalmente sombreado. El camino de herradura se asoma a una vista privilegiada desde arriba del embalse.

El suelo del camino, humedo, deja ver por las huellas marcadas que han pasado varios caballos. Y quizas algún cérvido.

El sendero que seguimos se cubre ahora de hojas marronáceas que acarician con sumo esmero nuestro pisar. Da gusto caminar por estos parajes. Mil veces haría el Camino.

Un rayo que se cuela entre las ramas, da un brillo especial al musgo acumulado en las piedras de un muro que bordea ahora el sendero.


Pasamos por una ermita entre arbustos preservada por una techumbre de hierro.
Por un sendero estrecho desembocamos en la carretera que nos lleva a Ruesta. Unas vistas que impresionan sobre el embalse.

Nos encontramos en un pueblo abamdonado. El sindicato CGT se ocupa de mantener diariamente personal aquí que se cuidan de que Ruesta no siga siendo expoliado y mantienen una sede, además de ocuparse del albergue.


Es en Ryesta donde vemos que hay caballos atados a los árbiles. Más tardenos encontraremos en el camino. Van hacia Bardenas. Un grupo de franceses.

Cruzamos el rio cantor de aguas turbias por un puente de madera que une ambas orillas del barranco por el que desciende el rio.
En adelante un bosque de chopos y sauces nos acompaña.

Después de pasar la ermita de Santiago tomamos una pista forestal que sube y sube. Nos dejan los robles y nos saluda el bosque de pinos
Aquí nos encontramos con Hummel y Taubmann que trstan de subir sus pesadas bicicletas por los senderos estrechos.

El trazado se eleva y se eleva. ¡Ay payo, várgame er sielo.. Esta cuesta no acaba nunca.. Los sudores de la muerte... 

Subiendo, los oigo. Los caballos nos pisan los talones. Son un grupo de franceses y francesas que van a las Bárdenas.
Con mi francés dicharachero l@s voy saludando a tod@s. Les largo un chistecito que estoy seguro que no han "pillao", pero que es muy bueno.:"bon jour monsieur et dame. Vous allez avec voiture.. Vous allez avec "deux chevaux'" de Citroen.. Jejeje
No lo pillan, estoy seguro. Pero  aguantan estoicamente el tirón.

La última, Rosalie, que se apiada de mi, aguanta el tirón y vamos "hablando" durante un rato. De Belfort cerca de Estrasburgo. Le explico que tenemos cosas en común. Mi Gina, una Bretoluña guapísima.
Y esto continúa subiendo.
La cuesta es tan empinada que hasta la sombra de Pepe resbala hacia abajo. La mia no.. Porque como yo estoy entrenado en La Talaia...
 
Al llegar a la cima, el espectaculo esta sevido. Cogemos a los de los caballos y al fondo peregrinos que han salido de Ruesta.

En las cimas se ven cabañas de piedra Seguramente para guarecerse con los rebaños en invierno.
Ali abajo nos queda Undués. Dan ganas de dejarse caer rodando por la falda de la montaña. Llegaríamos directos.


El ultimo tramo se separa de la pista y entra a un sendero pedregoso que baja hasta Undués por una ladera en la que se comienza a notar una mayor sequedad del terreno. La vegetación es predominante de plantas leñosas como el tomillo y otras aromáticas.

Se sube a Undués por una cuesta que cuesta. Pero vale la pena. El pueblo es precioso y la gente que nos espera aún más.
Quiero nombrar a Pedro y Patricia, los hospitaleros que regentan el bar del pueblo. Nos han atendido eficientemente y con cariño. Llevan un albergue magnífico, con todas las necesidades cubiertas. 
Quiero nombrar también a los peregrinos con los que hemos entroncado aquí. Cada día es una caja de sorpresas. Desde el principio ha fluido la comunicación, el buen clima. Jose es un hombre que es sabio, escucha, un valenciano de pro. Igual que Carlos que vuene lesionado de la rodilla desde Sonport y aguanta. Mike, el ruso de Moscú ha hablado menos, y lo poco que hemos hablado ha sido de inglés de Boston contra inglés de Mas Trader y, así, es difícil para él. No quiero olvidarme de Pepe el de vilafranca, un gran padre con mucha experiencia en el Camino y, sobre todo, Pau su hijo. Estoy seguro que llegará a ser una gran persona, tiene madera.
Con todos ellos hemos mantenido una tertulia de alto nivel. Me encanta esta gente.

RECORRIDO: el piso, en general, excelente para caminar. Algún tramo empedrado. el paisaje excepcional
CLINATOLOGÍA:día soleado, sin nubes. Temperatura muy agradable para caminar, a medio día algo más de calor, pero muy soportable.
ALBERGUE: Excelente. Todo tipo de infraestructura en un entorno privilegiado. Diversas habitaciones con dos literas dobles en la segunda planta. dos cuartos de baño completos en la misma planta. En la planta baja sala de estar comedor y cocina muy amplios. También cuartos de baño.
Televisión, lavadora, secadora y máquinas de café, bebidas y galletas, aunque lo ideal es ir al bar e interaccionar con Pedro y Patricia. Ellos tienen muchas cosas que contar.

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