Hoy parece que la gente está más tranquila Solo ha habido alguien a quien ha sonado el despertador a las 5:30, lo ha parado y ha continuado dormiendo. Ha sido suficiente para desvelarme. Aprovecho para escribir un ratito.
Hoy 25 kilómetros hasta Arroyo San Bol. Es un albergue pequeño que queda fuera del camino. A nosotros nos va bien. Sin embargo, ayer lo escuchaba en boca de no pocas personas. Tendremos que batirnos el cobre si queremos dormir alli. La alternativa es continuar hasta Hontanas.
Aqui nos tienes. Las 6:45 y ya desayunados con clásico + mermelada en el bar frente al albergue y en marcha. Dispuestos a conseguir plaza, sea como sea.. Jejeje.
Siguiendo la calle del albergue, pasamos bajo el arco mozárabe de San Martín, una de las salidas de las murallas de Burgos. Las indicaciones nos hacen callejear hasta llegar al rio Arlanzón.
Lo atravesamos por un puente antiguo de piedra y, algo más adelante nos conducen por un parque boscoso de salida de la ciudad. La salida del parque se hace por un pasillo de árboles inmensos de hojas lanceoladas y flores arracimadas en piña inversa blancas.
De la carretera de salida de Burgos, nos separamos por un largo camino en el que se aprecia que había estado asfaltado en su día. El camino discurre entre arbustos con la sombra que ofrecen al sol del alba. Huele a heno y a dulzor de flores blancas y amarillas. Se ven campos recién cortados con la hierba amontonada dispuesta en hileras creo que para, posteriormente, ser empacada.
El día se ha levantado prácticamente sin nubes, muy soleado.
Le sigue un largo trecho sin sombra. Cruzamos por un túnel la vía de ferrocarril por la que, justo en este momento, está pasando un tren mercancías cargadito de coches Seat Ibiza.
Algo más adelante se ve todo un enjambre de puentes y carreteras que se cruzan y, en uno de esos puentes, en que que hay flechas amarillas contradictorias, María, una señora que estoy seguro que está ahí para ayudar a los caminantes, nos explica que en este lugar han hecho mucha carretera, autovía, puentes, colectores... y nos explica cómo continuar. Nos advierte que en Tardajos está mal indicado y que vayamos con cuidado.
Siguiendo las indicaciones de María, encaramos a atravesar un cerro que nos viene delante. Topamos con el río Arlanzón de nuevo.
En breve llegamos a Tardajos y lo cruzamos sin mayor problema. Se aprecia que el pueblo vive del Camino de Santiago.
De Tardajos a Rabé de las Calzadas vamos por carretera local. En Rabé, a la derecha llevamos el cerro que aún no hemos cruzado. Los cerros nos van dejando paso. Acaba uno donde se inicia otro dejando paso llano al camino.
Pasamos diversas granjas de corderos. y, de repente, una ladera en la que el oro ténue de las espigas de cebada casi madura emana un colorido que impresiona al alma.
Campos y campos verdes hasta donde se pierde la vista. El recorrido, aunque discurre entre verde, no tiene nada de sombra. En verano el frescor que ofrece la visión de esos campos no existirá con el trigo segado. Entonces será duro hacer este trayecto.
Tras iniciar una bajada muy pronunciada, aparece Hornillos del Camino allá, en una inmensa depresión del terreno. Verde por doquier, impresionante.
En Hornillos compramos para hacer un bocadillo. En San Bol no hay nada más que el albergue y allí sólo hacen cena comunitaria.
Compramos un pan de 800 gramos, un envase de jamón cocido, poco menos que un cuarto de queso, dos tomates y dos manzanas.
De Hornillos a San Bol lo hacemos por un camino muy bueno pero desangelado de sombra. Desde un alto ya se divisa allá abajo. Sobresale la bandera española. Quien lleva el albergue nos ha dicho que hasta la una no podríamos entrar.
En el albergue nos atiende María José, encargada del albergue por la mañana. A la tarde, se cuida Lurdes, una chica cubana que trabajó durante un tiempo en Barcelona. El albergue está hecho en piedra, lo que le da un sabor especial.
El exterior del albergue es idílico. Un yacimiento de un arroyo que llena una pequeña piscina de agua helada, de la que decanta un chorro del excedente de agua del que se puede tomar para hacer la colada. Completa la postal que todo el suelo está cubierto de hierba corta y flores blancas, con unas mesas unidas y bancos.
A medida que avanzan los minutos van llegando más peregrin@s. Finalmente, somos cuatro chicos y chicas jóvenes coreanos, una señora inglesa, tres franceses, un italiano, un chico alicantino y nosotros.
Dado que mucho no hay para hacer aquí, hoy ha sido un día intensivo de conversación.
Con tod@s, pero en especial con Robert, un señor de Lyon al que le gustaría vivir en Alicante, y Stefano un chico italiano que, de momento, no ha encontrado razones para casarse.
La cena comunitaria nos la ha preparado Lurdes, quien se encarga por la tarde del albergue. Ensalada, paella, natillas y vino. Qué más se puede pedir. Y más por el precio que piden. Todo el mundo satisfecho y a la camita que mañana pinta que lloverá. Así lo asegura AEMET.
RECORRIDO: el recorrido es realmente bueno en cuanto al piso. Alguna bajada. Nada importante. Ahora bien, gran parte discurre sin sombra alguna.
CLIMATOLOGÍA: temperatura muy agradable con cielo algo cubierto que de ha ido abriendo cob el paso del tiempo.
ALBERGUE: se trata de un albergue pequeñito, con 12 plazas, diez en cinco literas dobles en la planta de abajo y dos en un altillo que tienen. Disponen de un cuarto de baño completo, cocina y sala de estar-comedor.
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