miércoles, 11 de mayo de 2016

Bolea a Sarsamarcuello 12-5-2016

Hoy toca una etapa cortita. 15 kilómetros. Así que planificamos salir tarde y, al pasar por Loarre, detenernos a visitar su castillo, tal como nos pidió ayer Raquel la farmacéutica.

Antes de salir barremos la sala. Quienes habían pasado antes la habían dejado hecha un cisco. Siempre hay gente para todo. Pero es que cuesta tan poquito pensar en quienes han de venir detrás, que por cierto, si todo ha ido con normalidad, serán Rosa, Julio y Manuel.

Desayunamos en Casa Rufino. Pedimos café con leche y, de propio, nos pone un plato con trozos de una coca de frutos secos que está riquísima.

El día es claro y el cielo tiene un azul especial. Al fondo se divisa que comienza a nublarse. La previsión de hoy de Aemet para La Sotonera es de sol/nubes/truenos/y otro dibujito que no sé identificar. "Rayos y centellas" que diría el capitán Haddock, amigo de Tintin.

Por cierto, La Sotonera es la comarca de la cual Bolea es su capital.

Nada más arrancar, nos cruzamos con tres vecinos que,según se ve están preparando una caminata para el sábado que viene. "ehh que aún no es la salida pues. No os adelantéis que es el sábado" nos dicen con acento mañico. Comentamos cosas acerca del Camino.


Aquí, como se puede ver, el Camino está siempre abierto a innovaciones. Según las flechas, puedes ir por un lado o por el contrario.

Efectivamente, a medida que avanzamos vemos que han ido marcando el recorrido que, por cierto, coincide con el Camino de Santiago.

El camino por el que salimos de Bolea es perfecto para caminar. Tierra y grava pisada.
A la salida, los cultivos son de cerezos y almendros.
Cruzamos una torrentera y una vaguada por la que baja mucha agua.

Ahora los campos de la izquierda son de trigo. Está ligeramente nublado, lo que produce una luminosidad muy específica que refleja una brillantez especial al verde de los campos.
Al fondo, se escucha un sonido muy fuerte que llama mi atención. Al doblar un recodo descubro que se trata del discurrir del agua de un arroyo que cruzamos por un badén de hormigón.


En todo momento vamos yendo paralelos a la serranía que queda a nuestra derecha. Sierra de Gratal, sierra Caballera y sierra de Loarre.
A nuestro paso, encontramos sólo algún pequeño charco debido a las lluvias de ayer. Ed característico de este tipo de suelo la capacidad de drenaje que tiene.

Algo más adelante, el camino discurre entre carrascas a modo de túnel. Precioso, mágico.
Antes de llegar a la carretera de Loarre nos desvían por un camino en un bosque de carrascas. El camino es bastante bueno. En él se aprecia que ayer corrió el agua con fuerza y profusión.
Finalmente, desembocamos en la carretera local que lleva a Aniés.
 Ahora nos encontramos subiendo, paulatinamente la Sierra de Loarre. Arriba, la cumbre se ve neblinosa.
Llegamos a Aniés.10 de la mañana. Ni Cristo en las calles del pueblo.

Desde la salida de Aniés se divisa el castillo allí a lo alto a unos 7 km.
La bajada de asfalto llega a una vaguada por la que corre un río, cuyo paso han facilitado colocando piedras. Pasales, como las llaman en la tierra de mi compadre.

Subimos entre almendros por toda la falda de la serranía hacia Loarre.
 Algo mas arriba, el camino y el bosque se va cubriendo de un arbusto muy común en Cataluña, el boix.
La subida se va haciendo cada vez algo mas empinada. El cielo está totalmente cubierto. Comienza a chispear, aunque dura poco.

La subida se hace ahora más pronunciada. Y para más inri, es de canto rodado grueso. Se ha de tener mucho cuidado al pisar para evitar torceduras de tobillo.
Pero la "escalada" ha valido la pena. Si el ascenso te dispara la respiración, la vista panorámica desde aquí arriba te corta el resuello. Un espectáculo de la naturaleza se abre a nuestros pies. Casi se entra en éxtasis con la contemplación.


Con esta visión bucólica se dispara la imaginación. Pensar que por aquí han pasado miles y miles de peregrin@s durante años y años eriza el vello. Tod@s con un mismo afán, llegar a Santiago y abrazar al apóstol.

En el cruce que desvía hacia el castillo el cartel indica que hay 4,5 km hasta allá. Decidimos seguir adelante y volver en verano a visitar toda la zona con más calma. Creo que bien vale la pena.

El camino lleva a la carretera que atraviesa la serranía. Nosotros cruzamos y tras una bajada tapizada por hierba corta llagamos a la entrada de Loarre, donde encontramos la fuente canta gallos con un banco que aprovechamos para almorzar un plátano y una barrita de cereales.

De la fuente bajamos por una carretera vecinal hasta Loarre. Hace frio.
La entrada la hacemos por un puente de piedra que atraviesa un riachuelo canalizado en este punto para conseguir una playa/piscina natural. El enclave está aprovechado para hacer toda un área de descanso. Bucólico bucólico.

El pueblo se cruza prontamente, pero en la retina quedan sus calles y su plaza. Un lugar precioso. Habremos de volver para estar unos días disfrutando de este entorno.


Pasada Santa Engracia, nos desvían por una torrentera que va a parar a un arroyo que hay que cruzar mojándote, dada la cantidad de agua que baja.

Una fuerte cuesta de piso con canto rodado para arreglarlo mas nos viene a continuación. Menos mal que mi compadre y yo estamos entrenamos en subidas a la Talaia.
Venga venga, arriba arriba arriba!!! Amunt Amunt i força!!

Y de repente, ahí está Sarsamarcuello.

Una última bajada... Y una última subida y subida y subida y los cantos rodados acaban siendo pedruscos que van haciendo no mucha gracia a mis pies.
Preguntamos a un vecino por el albergue y por Antonio, el hospedero, y nos indica dónde vive (por la noche he sabido su nombre). 

El albergue se encuentra en la zona baja del pueblo, que por cierto, aquí no se estancará el agua. Es un pueblo pequeño, dedicado a la agricultura, de apenas 45 habitantes "pero bien avenidos" según nos comenta una vecina con la que hablamos.
De momento, Antonio nos dice que en el pueblo solo se puede comer en el local social que abren a las 7 de la tarde. Puaff!! Y nosotros que contábamos comer aquí. 
Llevamos poca cosa. Un poco de chorizo, pero nada de pan ni fruta. Y yo que pensaba que haciendo el Camino iba a conocer la rica gastronomía de todos los lugares por los que pasa!!

Abrimos el albergue y, nada más entrar, ya da buenas sensaciones. Una entrada recibidor amplio con una mesita sobre la que se disponen diferentes documentos y sellos. A la derecha una amplia sala que actúa de cocina comedor. Fregadero, cocina y nevera... Y una mesa grande sobre la cual, mira tu por donde, hay media barra de pan de 6 cereales cortada a lo largo y sin miga que habrá dejado algún peregrino anterior que sabe que no encontraremos pan aquí. Pues oye, nos saca del apuro. Gracias peregrino.


Mirando de qué disponíamos, ha pasado un camión de congelados que reparte a domicilio. Como estaba parado, he subido cuesta arriba corriendo para ver qué tenía que me pudiese vender. A esto, ha salido Ascensión, la vecina a la que estaba pitando el de los congelados.
Total, que he podido comprar lomo precocinado con pasas y piñones... Ya hemos avanzado. Pero no se queda aquí la cuestión. Otro aspecto que estoy comprobando en el Camino es que la gente sencilla es buena y solidaria. Ascensión, viendo el apuro que tenemos, me dice que ella bajará a Huesca a comprar y me traerá pan y lo que necesitemos. Le pido el pan y un par de manzanas. Esta gente es la hostia.
 Durante toda la tarde hemos estado en el albergue escribiendo y leyendo. Y esperando que fuesen las siete para cenar algo con cara y ojos.

En cuanto dan las siete Pepe y yo nos miramos y nos decimos con la mirada.. "son las siete colega" y, como quien no quiere la cosa, nos ponemos un cortavientos (hace mas que fresquito) y bajamos al local social.

Entramos y pedimos unas cervezas. Casi de inmediato surge entre ellos una charla que nos da pie a entrar en conversación con un grupo de vecinos, socios del club. Resulta que están escamados porque un peregrino, el día anterior les había dicho que no se podía fumar en un local público. El hecho es que ellos fuman en su club y les supo mal que viniese alguien a decirles que no.

Tratando de contemporizar, digo en voz alta para que se me escuche:"es que somos de ciudad y los de ciudad, a veces, nos creemos que todo ha de ser como nosotros creemos"
A partir de aquí, hemos podido entrar en conversación con los vecinos que estaban en el local Tienen sus formas y sus reglas y se ha de respetar. Allí donde fueres haz lo que vieres.

Goyo, el que lleva el bar, nos prepara una par de pizzas que nos han sabido a gloria. Pero es que, mientras, se ha puesto a preparar unas migas de pastor a la que nos han invitado. Migas y vino. Ni te cuento lo buenas que están.

No solo eso. Gento nos ha invitado a cortado y orujo y José María Franco nos ha invitado a otra ronda... Hoy vamos calentitos a la cama.
Yo he tratado de compensar su generosidad y les he cantado la habanera Mare vull ser percador. En la cara de Gento he visto que cantar muy bien no canto... Jejeje... Pero el tío ha aguantado estoico mi parrafada en catalán.
Entre copas hemos llegado a la conclusión que lo que es importante en la relación entre personas es el respeto. Con él fluye todo.

Ahhh, la receta de las migas:  aceite un vasito, un vaso de agua por cada bolsa de pan, una cebolla cortada a trocitos, ajos varios cortados pequeños, pan pastorcico  y sebo de cordero. Se calienta el aceite y se fríe el sebo, se separa el sebo cuando esta fritito, se fríe la cebolla hasta dorar, se pone el pan y el agua, remover hasta que se separa la miga, cinco minutos antes de acabar se pone el ajo para que se cueza y finalmente, se le añade el sebo retirado.

No cabe más que agradecer a esta gente que hayan hecho que un día que parecía iba a ser durillo, haya sido un día entrañable y maravilloso.
Muchas gracias por vuestra acogida Antonio, Ascensión, Gento, José María, Jesús, Goyo. Os llevaremos en nuestros corazones. Y estoy seguro que el destino nos volverá a juntar de nuevo y entonces os cantaré una canción que entendáis. Jejeje

RECORRIDO: Piso muy bueno excepto algunos tramos de canto rodado. El trazado es bastante plano pero hay algunas subidas en el tramo final que pueden resultar fatigantes. El paisaje espléndido.

CLIMATOLOGÍA: muy buena temperatura para caminar, fresquita. En Loarre frío. Cielo cubierto en toda la caminata. Después soleado.

ALBERGUE: Muy bien. Espacioso. Cocina completa. Nevera. Fregadero. Cocina eléctrica. Comedor con mesa y banquetas amplias. Cuarto de baño abajo y ducha junto a la zona de literas. Cuatro literas dobles. Un calefactor eléctrico. Y diferentes utensilios. Agua caliente. De los que hemos estado uno de los mejores como albergue

4 comentarios:

  1. Al Pepe se li nota una mica de panxeta, eh, crec que cal fer més kilometratge cada dia, jijiji

    ResponderEliminar
  2. No deixeu de tastar el vermut del bar! I demà cuidado amb la propietària del bar de la estació de Santa Maria i la Peña, té molt mala baba

    ResponderEliminar
  3. Por lo relatado lo estáis pasando genial.desde aquí me da la sensación de estar con vosotros, seguir disfrutando que por lo menos en lo que a mi respecta,,, me dejáis con envidia sana.... Un abrazo chavales.

    ResponderEliminar
  4. Por lo relatado lo estáis pasando genial.desde aquí me da la sensación de estar con vosotros, seguir disfrutando que por lo menos en lo que a mi respecta,,, me dejáis con envidia sana.... Un abrazo chavales.

    ResponderEliminar