sábado, 4 de junio de 2016

Astorga a Foncebadon 5-6-2016

 

27 kilómetros separan Astorga de Foncebadón. Hoy es nuestra meta. Cada día que pasa es un día que nos acerca más a Santiago. Xino xano. Poquito a poquito.
Desayunaremos en cualquiera de los bares que encontremos abierto.

Nos ponemos en marcha a las 6:30, justo cuando la gente que ha salido de marcha se recoge. Desayunamos en un bar justo a la salida de Astorga.
El dia parece que apunta a nublado y hace fresquito.

En Valdeviejas pasamos por la ermita del Ecce Homo. Una ermita pequeña, cuidada y acogedora.


El camino va por la carretera LE-142, paralelo, pero casi pegado a ella.

En El Ganso dejamos la carretera para tomar un camino de tierra y grava, cubierto de retama de un amarillo intenso a derecha e izquierda. También se ven replantaciones de pino joven muy afectado por la procesionaria. Las encinas, dispersas hasta ahora, son cada vez más presentes a medida que avanzamos, hasta hacerse el arbolado principal del bosque.

El olor de la retama, el tomillo y la lavanda recuerdan al aroma del limon.


El colorido del recorrido que llevamos es hermoso.

Algo más adelante se camina por el borde de la carretera. Entre un bosque de roble joven y retama blanca y lavanda.

El camino se ensancha y separa algo de la carretera. A la derecha un frondoso pinar.
Llegamos a un lugar paradisíaco. Un arrollo baja y se cubre de pequeñas flores de loto blancas en su lecho.


Una subidita por un sendero pizarroso con algo de piedra suelta. De hecho, vamos en una constante subida.

Entramos en Rabanal del Camino por la carretera local. Entre robledales. Una maravilla.
Mas adelante, casi en el pueblo, la carretera se ve bordeada de retamas blancas y amarillas en pleno proceso de floración. 

Rabanal es un pueblo cuesta arriba, y pasado éste, tomamos un camino desigual que transcurre por un bosque de retamas blancas y robles. Se ve que ha habido un incendio no muy extenso.


El camino va por una cima. Son todo colinas muy onduladas.

Una subidita bastante fuerte y llegamos a un bosque de pino. El sendero se complica con la propia piedra pizarrosa del terreno. Se ha de calcular muy bien dónde colocas los pies. Corres riesgo fácil de una torcedura.

Seguimos subiendo bastante. El camino está cubierto de agua en su casi totalidad. casi se podría decir que el camino es el lecho de un arroyo de agua.

Vamos cresteando a bastante altura. 1400 m de altura. Y después del subidón, Fuencebadón a la vista. Se trata de un pueblo de casas de piedra casi derruido en su mayor parte. Los pocos edificios que resisten tienen techo de pizarra negra. Todos ellos se dedican a albergues excepto uno que es un bar-hostal.


Nosotros vamos al albergue parroquial. Donde nos acoge Pepe, un sevillano hospitalero voluntario.
Tras ducharnos, bajamos a otro de los albergues privados para comer un plato combinado. Después a tomar café al hostal para poder ver el Gran premio de moto Gp de Montmeló. Allí nos hemos encontrado con Azucena de Madrid, Juan manuel de Segovia y Jose de Zamora. Tres peregrin@s con los que nos hemos cruzado en varios lugares del Camino.

La cena ha sido comunitaria. Pepe, el hospitalero, y una peregrina italiana han preparado ensalada, macarrones y un plato de revuelto con huevo. Es de las mejores experiencias, compartir con otr@s la mesa.


RECORRIDO: en general piso muy bueno excepto en las subidas ultimas con pio irregular o con agua. En paisaje insuperable.
CLIMATOLOGÍA: de inicio algo nublado con tiempo fresquito pero enseguida preponderancia del sol con aumento de temperatura. Nada del otro mundo.
ALBERGUE: Arreglado. Por falta de más espacio se amontonan algo las literas. 9 dobles. Una sala comedor. Un baño para hombres y otro para mujeres. Suficiente para un peregrino y, ademas, te dan cena y desayuno por la voluntad.

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